Historia

Historia del Molino

Molino de Seisón de la Vega, León

Ante la necesidad de rehabilitar el Molino de Seisón de la Vega, y buscando satisfacer las necesidades que puede tener el territorio; nos planteamos varias ideas de negocio para financiar la obra… sin embargo, una escuela en honor a nuestras abuelas maestras es lo más coherente, también con los recursos que contamos.

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Queremos convertir la nave del antiguo molino harinero en un MUSEO ETNORÁFICO abierto al público donde mostrar el patrimonio industrial de principios de siglo XX, y en una sala polivalente: ateneo, cine, teatro, sala de fiestas, de reuniones… y claro, aula de estudio y prácticas de la Escuela rural de capacitación laboral MOLINO MAESTRICES.

Historia

El Molino de Seisón de la Vega está catalogado como “Elemento de interésetnológico” (ficha 17) según el Catálogo de Elementos Protegidos del Municipio de San Cristóbal de la Polantera. La propiedad consta, además de la nave del molino de casi 200 m2, de una vivienda (con 430 m2 con 7 habitaciones, 5 cuartos de baño, dos salones y dos chimeneas -sólo una de ellas en uso,) dos garajes, unas cuadras, un palomar y dos jardines (delantero y trasero) con más 1200 m2.

El Molino de Sesión de la Vega, fue fundado en 1821 por Don Bonifacio Rodríguez, padre del concejal de León del mismo nombre que donó el primer camión de bomberos a la ciudad.
Los terrenos fueron comprados por Don Bonifacio, probablemente en la desamortización de Godoy (1798), para la construcción del 1º molino de agua en el cauce de la Presa de la Vega de Abajo, que comienza a poco más de 500 m. cauce arriba del molino de Seisón de la Vega y desemboca en el Órbigo justo antes del requejo con el río Tuerto.

Anteriormente, la zona era propiedad de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén, también llamada de Malta. Esta orden nació con fines asistenciales, sanitarias y sociales, siendo también una de las órdenes militares más importantes de la Cristiandad que protegían (entre otras cosas) a los peregrinos a Santiago. En la actualidad, ermita del pueblo fundada en 1959 en honor a San Antonio Abad patrono de los sepultureros y los animales; cuenta con una Cruz de Malta coronando el campanario.

Plano de la Presa de la Vega de Abajo
Ruedas del antiguo molino

El molino, además de desempeñar las tareas propias de molienda, dió luz a varios pueblos de la zona, y todavía se conservan los vestigios de dicho aprovechamiento, como la torreta de la luz o varios postes por el jardín.

El molino fue vendido por la familia Rodríguez en la década de los 20´ a Don Miguel Miguelez, y según sus biznietas –vecinas de la localidad-, quemado “porque sus hijos eran unos holgazanes y no querían trabajar y así les castigó sin trabajo ni dinero para que lo valoraran hasta que se rehízo”. Por lo que la construcción actual data de los años 20, así como las máquinas que conservan.

Al fallecer Don Miguelón (así llamado en el pueblo), la propiedad se dividió en 3, dando lugar a la actual disposición de tres viviendas unifamiliares. En 1979, la vivienda con el molino fue comprado por Doña Angelines Rodríguez Rodríguez y Don José Constantino González Corbato.

Las actuales propietarias del Molino son las cuatro nietas de Doña Angelines Rodríguez Rodríguez, maestra y directora del colegio de Villoría de Órbigo, y anteriormente del Colegio de San Cristóbal de la Polantera, y Don José C. González, más conocido como Corbato, contable en la azucarera de Veguellina de Órbigo (maestro de formación). Doña Angelines nació en el molino fundado por su abuelo Don Bonifacio Rodríguez; y en 1979 compró “El molino” como vivienda habitual al jubilarse y tener que dejar la casa de la maestra.

El molino maquinero o harinero, como se le llama en la zona, conserva gran parte de la maquinaria de molienda original.

El molino pertenece al Sindicato de regantes de la Vega de Abajo, y dispone de un salto útil de agua de 1,76 m². El caudal actual, es el mínimo del que puede disponer (500 l./segundo), pudiendo ampliarse a 1704 l./ segundo.

Según «León noticias»: <<la Ribera Baja del Órbigo, una de las vegas más ricas y densamente pobladas de la provincia de León, estaba surcada por numerosas arterias de regadío existentes desde los siglos XIII y XIV y con una tradición agrícola de alto valor económico desde sus orígenes. Una de ellas es la Gran Cequia de la Mancomunidad (hoy Presa de la Vega de Abajo), que a través del puerto sito en término de San Pelayo riega términos de Seisón de la Vega, Villamediana, Veguellina de Fondo, Matilla, San Román el Antiguo, Oteruelo de la Vega, Vecilla de la Vega, Alcaidón de la Vega, Soto de la Vega, Requejo y Huerga de Garaballes, para desembocar posteriormente en el río Tuerto, justo antes de su confluencia con el Órbigo.Se trata de una Comunidad privada de Regadío Concesional cuyos antecedentes se remontan al siglo XIV (al igual que el resto de las Presas Tradicionales del Órbigo como pueden ser la Cerrajera, La Tierra, la Forera, el Moro o el Caño de los Cuatro Concejos) y que pudo tener sus orígenes en el Priorato de Soto de la Vega, dependiente del Monasterio de Carracedo (en principio perteneciente a la Orden Benedictina y con posterioridad a la Orden del Císter). Dicho Priorato se extendía por una de las zonas más ricas de la vega del Órbigo y se trataba de uno de los que más impuestos y productos agrícolas aportaban al citado monasterio, contando incluso con sus propios molinos harineros, la mayoría de los cuales ya no funcionan en la actualidad. >>*

Fuente: León Noticias

Gracias a Leila Díaz!